jueves, 11 de febrero de 2010


Y con el estomago revuelto
leo las últimas palabras precisas
que lo condenan todo.
Y con el estomago invertido,
tambaleando,
gateando,
arrastrándose a penas
en su interior
le doy las ultimas hojeadas
a las frases
que cambian la decisión de todo.

En ese instante
un escalofrió recorre mi espalda
vertebra por vertebra,
hasta llegar a la punta de mis dedos,
mis ojos fijos sobre la nada
y los labios secos hablan de los días grises,
del aroma que ya no recorre mi casa,
de tu aroma que ya no golpea mi puerta,
ni me despierta por las noches,
solo me despierta el amargo saber del ayer,
de las caricias
y de las palabras que suenan como eco
entre la nebulosa oscuridad.

Tu, pequeña infante,
oh... qué manera de sentirme infantil en este momento,
tan pendeja,
siempre débil y petrificada a tu ser.
Y si tan solo supieras pequeña,
si tan solo te dieras cuenta de tus palabras,
de tu mirada,
de tu respiración,
cambiando todo el tiempo,
cambiando y haciéndote tan lejana.

Si tan solo...

Por favor... cuanto lo siento querido,
porque estuve muchas veces a ras del suelo,

Como adoraba tu risa jugando entre tu rostro
y tus ojos hurgando en mi piel sin darme cuenta
 La era en que el pasto, la arena, las sabanas
se complementaba en tu aroma
 y en lo que es tan innato de ti.

"So glad to see you well, overcome them and completely silent now".

Sigues jugando en los recuerdos
de la pequeña expectante del puerto, felino,
de una manera diferente,
mas reconfortante,
de una extraña irrealidad
 donde está todo adormecido y no me duele... Ya no duele.
Tan infantil , lo siento.

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 Escribir para vomitar vomitar para eliminar eso que da vueltas por las tripas y la cabeza eso que me atormenta.