domingo, 11 de noviembre de 2012


La vibración anuncia el fin y comienzo de esta nueva era. Bienvenido seres, sanguijuelas, son bienaventurados a golpearse por toda esta cueva, el lugar ya lo conocen, de seguro no se acuerdan, hace mucho lo abandonaron y no tuvieron la decencia de dejar una limosna aunque nadie se los pidiera.

Acá no existe un libro de reclamos, pero por todos lados hay hojas con alguna palabra de mierda dirigida a quien contiene todo este pobre y abandonado lugar. En ellas se pueden apreciar distintos alagos a esta presencia, que aunque contiene recuerdos y memoria se ha alejado de su esencia. 

Que esto lo debes, que tus deberes, que esto no me diste, que esto yo te di. Maldito infiel, maldita tu poca consistencia. Tu solías ser eso, que ya dejaste  de ser hace mucho lo que eras. Eres una pobre rata y un maldito peón sin cerebro capitalista. Un ebrio, alcohólico o un ermitaño que ya no se divierte de nuestras denigrantes juergas. Que yo era tu amigo, que yo era tu enemigo, ya no lo eres, entonces ¿quién carajo eres?. 

Y vuelan los papeles por el lugar, se quedan pegados en el piso, en las paredes, en las entrañas, como una cicatriz, llenando montones de basura, basura acústica, contaminación de almas. 
Vamos, quien es capaz de dar la primera mordida a esta piel podrida, quien desea alimentarse para darles un poco de esperanza, quien es capaz de alimentar su ego y purificar su alma, para que de alguna manera liberen todos sus sucios pecados y ocultarlos bajo la cama.

Denme sus vacías muecas, demuestren su vacía felicidad, sigan basureando al resto, porque pronto, algún día, se verán postrados en una misera cama y con el infortunio de jamás ver por dentro de sus ojos. 

jueves, 8 de noviembre de 2012

Hace mucho que tengo tantas cosas que decir, falta encontrar el hilo que las une a todos en su lugar.  Hace mucho que encuentro innecesario decirlas al viento.

 Escribir para vomitar vomitar para eliminar eso que da vueltas por las tripas y la cabeza eso que me atormenta.