sábado, 29 de mayo de 2010

Hay dos perfectas maneras para que esta noche se transforme en un gran accidente.

¡ C R A S H ! El choque del fuego que anhela el toque de tus dedos

¡ C R A S H ! Y ya siento como pierdo la noción por el perfume de tu cuello.

Las palabras se volvían evidentes ante el acto desesperado de mi ser. Tan arriba, elevándose de apoco, elevándose y dispersándose en el fútil de tus labios diciendo No.

El clock clock clock de mis zapatos rechinando y chapoteando en el piso húmedo, iba a la par con mis latidos que levitaban entre el vomito y la orina de las viejas calles de Valparaíso.

Meto la mano a mi bolsillo, dos disparos a mi cigarro y esbozo la mejor melodía en forma de humo a través de estos labios carmesí y mi mirada queriendo invitarte a algo mas. Y claro que podría ser algo mas, una invitación que no podrías rechazar.

Yo no sé que estaba buscando en este lugar a ciegas, yo no se que estabas haciendo ahí frente mi, ni en qué momento comenzamos a buscar y hurgar por el simple hecho de tomar lo equivocado, ilusamente teniéndolas todas las de perder.

Creyendo ser parte del juego y no estando dentro de él buscabas el gran pez, jugando entre la sonrisa vacía, esperando a tener las de ganador, jugando entre las caricias esperando al mejor postor.

¿Qué pretendías?

Maldito Iluso. Maldita Ilusa.

martes, 11 de mayo de 2010

lunes, 10 de mayo de 2010


Nada aparece en la melodía de una voz.
Nada se pasea por las viejas calles.
Nada aparece en la mente, aún lo veo sentado en las bancas de la plaza ante las flores quemadas por el verano de Enero, de lejos veo los hombros encogidos y siguiéndome los talones el perfume de tu cuello.
- ¡Tum! ¡Tum! ¡Tum! - y me preparo para un paro cardíaco - ¡Tum! ¡Tum! ¡Tum! - y me preparo para un disparo.

La mirada animal de esos ojos hundidos se posa sobre mi piel, esperando, para devorarme sin ganas en cada mascada.
Sin ganas, sin nada, sin vista y sin chispa.
Va, vuelve y se desvanece, esperando calor en los brazos desesperados por sentir calor de la inocencia, dejando el alma desnuda en las manos de la locura... locura cuerda, locura suelta.

Se desvanece, como la llama de mi encendedor barato mientras juego con ella entre mis dedos morenos, se desvanece como el motor sin cuerda y sin rueda, es como ir rodando a tientas, tumbándose en el piso rebotando y así avanzando hasta tener las suficientes marcas para desvanecerse nuevamente.
Se desvanece lentamente mientras que sentir nada prefiero mil veces antes sentir dolor, un dolor tan impropio como las palabras difusas lanzadas en una noche de juerga. Impropias, tan impropias como tú.

La nada aparece de la nada, como la perfecta simbiosis entre mi café y el chocolate amargo mientras los dejo fundir para una noche larga.
Y de la nada termina en nada, como el cigarro que se acaba, dejando el rastro entre tu huella y mi pisada, dejando rastro en lo profundo de mi almohada...
El frío afecta la carne, las entrañas y de la nada, termino cogiendo tu garra para ser despedazada en otra nueva era a través del sol, termino cogiendo tu garra para soltarla y abandonarla al mejor postor.

 Escribir para vomitar vomitar para eliminar eso que da vueltas por las tripas y la cabeza eso que me atormenta.