miércoles, 29 de septiembre de 2010

Egolimicos




¿Qué será suficiente para que la gente deje de llenarse el hocico de acciones que no le competen?
¿Qué será necesario hacer para que los mismos pergenios sigan exhibiéndose como patéticas flores de mesa?
Esas flores ya están muertas. Esas flores ya están putrefactas y el solo aroma de ellas me hacen vomitar.

Malditos bulimicos del Ego.
Ojalá algún día exploten y se vean esparcidos sobre su hermoso mantel de flores.

domingo, 26 de septiembre de 2010






Grandes ataques, grandes arranques delirantes de la pseudo tranquilidad del hogar, de la pseudo tranquilidad del ser, te veo correr, te veo escapar queriendo ser recibido en ese abrazo que con seguridad te verás envuelto. Tus lagrimas se secarán, tus labios volverán a beber del vino de la copa que tú mismo me diste como el mejor regalo de la vida y esos felinos ojos negros adquirirán el brillo que poseen innatamente. Me colaré por debajo de tu puerta, zigzaguearé por la vida hasta llegar al final para sentarme al borde de tu cama mientras duermes, te abrigaré, te diré te amo y mi calor te impregnará hasta cuando no esté.
Ya nada importa, ni los kilómetros de distancia, ni el frío ni las palabras que caen como ladrillos sobre las cabezas que intentan cambiar todo, por una mejora, por el bienestar donde simplemente 2 no pueden vivir en la misma ciudad.

Mientras el café se enfría, mientras el incienso se consume está la gran espera.
A ratos sofocada, queriendo morir, convulsionando y con la voz quebrada, la garganta seca y en mis oídos la lluvia que no deja escuchar mis propios pensamientos, me transporta a algunos meses atrás con el mismo aroma en mi nariz y en el ambiente.
Lugares conversados en la inmensidad de la noche, mientras todos duermen, dos almas en vela se rien de las propias desgracias.
La misma enfermedad, las mismas calles sucias de valpo, el cigarro que se hace interminable en mis dedos, los astros estelares que tienen tu nombre pero que a diferencia de los tiempos anteriores ahora están tatuados con nuestras huellas digitales, así como cuando se deslizan por tu espalda, así como cuando quemo las entrañas con los mejores sabores que te podría generar, para verterlos sobre tu boca.

Y es inevitable pensar que estando con tanto frío pudiera sentir tanto calor con solo recordar el calor de tus besos y esos ojos que me invitan a viajar al mejor espacio interestelar sin nada que fumar ni quemar, con solo dejarme llevar por lo que me das.
Es inevitable recordar el brillo de tus ojos en las noches nebulosas, moviéndose lentamente al sonido de las melodías incorporadas de nuestro ser, palpitando y carcomiendo a la vez nuestra dermis.

Y es que quiero darte todo y nada.
Teñiste mis cabellos negros llenándolos de color, como la mirada perdida ahora tiene su nuevo rumbo, pero ya no tan solo como antes, entre la miseria, los escombros y los cadáveres, el olor a putrefacción es indetectable mientras pueda sentir el toque de tus dedos sobre los míos.

martes, 14 de septiembre de 2010

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Últimamente no he sido el mismo, la misma, ellos mismos de siempre.
Es difícil de explicar cuando los demás no quieren entender y simplemente se sacan los ojos cuando el ciego siempre deseo ver.
¡Pero vaya! ¡qué gran porquería! porque el anhelo y las ganas son muchas mas fuertes que este aroma a putrefacción de mi ser.
Usualmente estaría gritando, arañando las paredes y despedazando todo a mi alrededor, pero aquí estoy, sentada en esa silla roja en la que nadie se debe sentar, bebiendo el café mas amargo que jamás he podido saborear.
En el punto rojo, en medio de la tormenta, en el ojo mientras todos giran y giran a pesar de su forma cuadrada y estática de ver las cosas.
No estás satisfecho, no eres feliz, la mierda se rebalsa de tu Muy Preciado Ser.
Se supone que lo sabes todo y se supone que tienes la verdad absoluta dejando que nadie cambie ni que nada pase.
Piénsalo bien, juega bien tu juego, medita bien la pieza que vas a mover, cualquier palabra será usada en tu contra aunque no tenga ni voz, aunque no tenga derecho, pero la vida es tan irónica que de las vueltas de la vida nadie se salva, ahí estaré riéndome o simplemente será tan en vano que ni siquiera recordaré esos ojos rabiosos, ni siquiera recordaré esa voz ni mucho menos ese olor.
Piénsalo bien, meditalo bien.

Al rey le pesa la corona, le pesan los bolsillos y por dentro está vació. ¿Desearías mas?
Pero claro, nunca es suficiente.



Egoísmo.

jueves, 9 de septiembre de 2010

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Por mucho tiempo pretendimos ser felices, al punto de engañarme o nacer dentro de la cuna de la mentira, solíamos ser un retrato familiar demasiado feliz para ser verdad, jugábamos a fingir y a actuar como si fuera natural.
El cultivo fue muriendo año a año, los errores, la juventud errada y las pocas ganas de vivir momentáneamente arruinaban los bellos momentos, tapándolos con medidas parches que luego serían grandes heridas y cicatrices.
Que chistoso, cuando se debe ser feliz, no es que sea una maldita mal agradecida, pero sacarte la venda de los ojos, ver tu caída libre y luego sentir el impacto en todos tus huesos, el rebote de tus carnes y el flujo que queda carmesí sobre el asfalto.
Prometí ser mejor.
Prometí portarme bien.

No resultó, aunque la culpa nunca fue mía.
No resultó pero tampoco nadie buscó algún culpable.
20 y la cuenta sigue.

Pero parece que aveces aún extraño como si tuviera 7 años.

...
Ahora se viene lo bueno.
Dos identidades y muy poco tiempo.

Dos identidades y dividirse por mil para tapar las máscaras que quedaron colgadas en la pared de atrás.

Nunca pretendí dividirme.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

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Negro, difumando, borroso y mal oliente, lentamente los ojos se abren para por fin volver en sí y darse cuenta de la magna sorpresa ante los seres estelares a su alrededor.
¿Qué pasó anoche? Y el típico sabor pastosamente asqueroso entre los dientes y la lengua, con la boca hinchada y el cuerpo cortado. La ropa sucia y entre los dedos el aroma de la perfecta hazaña.

De la miradas hirientes, de los sabores amargos pasados y lentamente digeridos, de los ojos en fuego, de las caricias suaves, de las mentiras, engaños y el hastío constante de los Egos que te tragan, de la sociedad, suciedad y la ropa vieja, las enfermedades y el tiempo que se agota a cada segundo que pasa, aniquilando lentamente las agonías y las felicidades, aniquilando lentamente el tiempo planeado para volverse inútil ante los nervios y poca preparación de mi ser.
Me siento débil, me siento con rabia, me siento brillante y aveces me siento nada.

Asco, qué asco.
Y el tiempo pasa, el tiempo va rápido.
Qué asco.

Pretendía jugar a soñador, pero olvidé que no tengo manos, ni piernas, ni la precisa conciencia, ni las ganas, ni las ansias por el simple hecho de ser lo que lo demás quieren ser, pudriéndose entre las manipulaciones, las habladurías y lo poco importante.

¿Qué pasó anoche? Y todo se va a negro.

 Escribir para vomitar vomitar para eliminar eso que da vueltas por las tripas y la cabeza eso que me atormenta.