martes, 14 de septiembre de 2010

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Últimamente no he sido el mismo, la misma, ellos mismos de siempre.
Es difícil de explicar cuando los demás no quieren entender y simplemente se sacan los ojos cuando el ciego siempre deseo ver.
¡Pero vaya! ¡qué gran porquería! porque el anhelo y las ganas son muchas mas fuertes que este aroma a putrefacción de mi ser.
Usualmente estaría gritando, arañando las paredes y despedazando todo a mi alrededor, pero aquí estoy, sentada en esa silla roja en la que nadie se debe sentar, bebiendo el café mas amargo que jamás he podido saborear.
En el punto rojo, en medio de la tormenta, en el ojo mientras todos giran y giran a pesar de su forma cuadrada y estática de ver las cosas.
No estás satisfecho, no eres feliz, la mierda se rebalsa de tu Muy Preciado Ser.
Se supone que lo sabes todo y se supone que tienes la verdad absoluta dejando que nadie cambie ni que nada pase.
Piénsalo bien, juega bien tu juego, medita bien la pieza que vas a mover, cualquier palabra será usada en tu contra aunque no tenga ni voz, aunque no tenga derecho, pero la vida es tan irónica que de las vueltas de la vida nadie se salva, ahí estaré riéndome o simplemente será tan en vano que ni siquiera recordaré esos ojos rabiosos, ni siquiera recordaré esa voz ni mucho menos ese olor.
Piénsalo bien, meditalo bien.

Al rey le pesa la corona, le pesan los bolsillos y por dentro está vació. ¿Desearías mas?
Pero claro, nunca es suficiente.



Egoísmo.

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 Escribir para vomitar vomitar para eliminar eso que da vueltas por las tripas y la cabeza eso que me atormenta.