sábado, 29 de mayo de 2010

Hay dos perfectas maneras para que esta noche se transforme en un gran accidente.

¡ C R A S H ! El choque del fuego que anhela el toque de tus dedos

¡ C R A S H ! Y ya siento como pierdo la noción por el perfume de tu cuello.

Las palabras se volvían evidentes ante el acto desesperado de mi ser. Tan arriba, elevándose de apoco, elevándose y dispersándose en el fútil de tus labios diciendo No.

El clock clock clock de mis zapatos rechinando y chapoteando en el piso húmedo, iba a la par con mis latidos que levitaban entre el vomito y la orina de las viejas calles de Valparaíso.

Meto la mano a mi bolsillo, dos disparos a mi cigarro y esbozo la mejor melodía en forma de humo a través de estos labios carmesí y mi mirada queriendo invitarte a algo mas. Y claro que podría ser algo mas, una invitación que no podrías rechazar.

Yo no sé que estaba buscando en este lugar a ciegas, yo no se que estabas haciendo ahí frente mi, ni en qué momento comenzamos a buscar y hurgar por el simple hecho de tomar lo equivocado, ilusamente teniéndolas todas las de perder.

Creyendo ser parte del juego y no estando dentro de él buscabas el gran pez, jugando entre la sonrisa vacía, esperando a tener las de ganador, jugando entre las caricias esperando al mejor postor.

¿Qué pretendías?

Maldito Iluso. Maldita Ilusa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

aunque pierda la vida... siempre a ganador.

buen escrito, irremediable vida.

Anónimo dijo...

(:
Ñañañaña
,,

 Escribir para vomitar vomitar para eliminar eso que da vueltas por las tripas y la cabeza eso que me atormenta.