Y si de casualidad, presionara aquel botón inexistente.
Y si de casualidad pudiera tan solo eliminar aquello a la papelera.
Sería tan fácil.
Aniquilar.
Sin evadir.
Borrar
Y confrontar.
Mirar a la cara
para poder continuar
con lo que se suponía que debía hacer
y no desviar así
mis energías
en recuerdos vagos
e inertes.
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