Tampoco se notó la diferencia. Muchos esperaron que así fuera. Muchos esperaron verte con cara gris y lleno de heridas de una batalla que supuestamente jamás ganarías.
Nunca se notó la ausencia, nunca se te vio mostrando la hilacha, ni la falta del aroma, de hecho, fue mejor.
Después de todo... ¿quién necesita de algo así?
Vivir en la mediocridad disfrazada de buena persona, del tipo buena onda con lentes hipster y "políticamente correcto", de querer abaratarlo todo sin realmente tener idea de lo que se profesa, de lo que se culpa, de lo que se juzga. Porque es re fácil abrir el hocico y regalar piropos y flores para pasar piola.
Y mírate ahora, desataste una madeja que llevaba rodando enredada desde la infancia.
Y mírate ahora con esa cara transparente y esos ojos brillantes.
Quizás era cosa de que te lo recordara un poquito todos los días.
Quizás era cosa de que le vieras los beneficios al "abrir el hocico sin regalarle flores a nadie"y que te importara poco quedar bien con alguien solo por caer bien, solo por mentirse a uno mismo, solo para no perder relaciones que ya están muertas desde años luz, solo para entrar en el molde del que siempre huiste.
Quizás era cosa de que le tomara el gustito de escuchar lo que tienes para decir, de la forma dulce en que haces sonar la cruda realidad para después reír euforicamente sin que nada importe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario