La sensibilidad se pierde al paso de ahogarte cada vez mas con lo mismo todo el tiempo, es como atragantarse con vomito para comerlo y vomitarlo en un circulo vicioso, exacerbando sentidos, te imagino restregándote y acariciando la alfombra más lujosa y suave para luego llenarla de marañas de pelusas y suciedad por tanto malgastarlas. Por tocar más y cada vez más. Por romperlo, quebrarlo y molerlo en miles de pedazos.
Te recuerdo con otro aroma y con otro brillo en tus ojos, con otras ganas de vivir y por otras metas de lo que te solía impulsar y bombear el corazón a puntos insospechados.
Es el precio por acapararlo todo Es el precio que se paga a sangre de los demás.
Es triste verte así, sinceramente duele saber que estas comprado, pero es tu decisión. Más aún es patético ver como te compran, es tan fácil irse por las opiniones de los demás, sobre todo cuando el juego es aún mas fácil, sobre todo cuando cree prometer mucho más de lo que ya tienes. Juzgar, ser juzgado. Malas lenguas ¡PAFT! y un corte por aquí y por allá sería un buen aderezo para esos dientes pútridos por tanto hablar.
Es más difícil que ese puro sentimiento que solías poseer sea permanente a los cambios radicales por mejores piernas y tacones, por sonrisas mas vacías y cuerpos espectaculares. Es mas fácil perderse cuando las tentaciones son mucho mayores de lo que te puedo ofrecer, cuando sencillamente a nadie le interese, cuando de mis fortalezas queden nada mas que buenos recuerdos y perfumes añejos esparcidos bajo la cama.
Se acabó. Es tu decisión.
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