Qué ingrata
puede ser
un par de palabras
a punto de estallar,
ametrallar mi alma
como si fuera,
el deporte
de caza
de fin de semana.
El destello
elevó a las aves de mi
y las serviste
en el plato de otra
en tu cena para dos,
en donde yo
claramente estaba invitada,
como parte
del menú.
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