domingo, 7 de noviembre de 2010

Nln2

El frío carcomía mis huesos haciendolos temblar y rechinar a cada paso que daba por el borde de la vereda, balanceandome lentamente entre las calles nocturnas, mis labios tiezos y resecos, buscaban la saciedad de la fuente de la cual engendrabas a mil por hora, minuto y segundo, rebalsando las fisuras de ellos con el mejor elixir que jamas pude pedir, rápidamente aniquiló la sed inmensa de mis entrañas.
ante el inigualable cansancio que soportaba mi espalda en una mochila invisible que ni yo podía liberar.
Mis ojos deprimidos tenían la gracia de aquel brillo anaranjado del astro sobre los cielos, que invitaban a algo mucho mas que una vuelta congelada a casa a eso de las 2 y algo de la madrugada... No importaba mucho, ni la vista borrosa, ni el agua que congelaba aún mas el aire, ni el adormecimiento de mis extremidades, todo suplía el agotamiento con el toque de tus dedos, con el calor de mi mano rozando la tuya, en un juego de quien la toma primero.
La calle se hizo eterna, mas la noche no, donde el tiempo nos pisaba los talones y cansados queríamos seguir.
Es que... simplemente no sé lo que me pasa cuando estoy contigo, aún con la mochila pesada, el grafito entre los dedos y las sobredosis de café saben mejor cuando estas ahí presente, la casa me huele a mas hogar y menos oficina, la comida mas rica y es que cuando te veo sonreir no hay llueva que congele mis huesos ni que cenizas me estorben la vista.
Amanecia y con eso me llevaba el mejor regalo en mi propio cuerpo, donde ahi escribí mil historias que aun no escribo y mil trazos proximos a nacer.

[ . ]




Lentamente mientras le dabas besos al cigarro entre tus dedos, fuiste desapareciendo, al punto de hacerte invisible, despegabas sin darte cuenta.
Guardaste aquello en una bolsa, saliste raudamente por la puerta, furioso, con el hambre en los ojos de quien quiere aniquilar lo mas bello de su ser, retumbaban entre el edificio las pisadas frenéticas entre tu suela y las escaleras, directo al 7mo piso que jamás nadie pudo ver. Te adentraste en él. Un disparo, quizas dos, uno a la cabeza, el otro al corazón.

De fondo suena esa melodía que a todos les gusta, pero que siempre termina cagándote la vida cada vez que la escuchas.
La luz era tenue entre nuestra caja de fósforos que se preparaba cada vez mas para ser incendiada en nuestro propio infierno.
El error es común cuando no es necesario adormecer la mente, para luego entrar en un estado casi "circumbirumbicamente violento", donde tristemente tejí almohadones de murallas para que jamás pudieras dañarte.

Te fuiste, te alejaste rápidamente, te veiamos flotar en un mar de confusión y malos recuerdos.
Te vimos, te vimos pasar por nuestras cabezas mientras vomitabas todo lo toxico y malhumorado que poseia tu ser
Al parecer no aguantabas mas, pero las paredes quedaron con nuevas marcas que con un poco de estuco podrás tapar.
Y ahí te encontramos, enterrado, con la mirada fija y los ojos llorosos murmurando algo.
Luego...


(...)


¡DESPIERTA!

 Escribir para vomitar vomitar para eliminar eso que da vueltas por las tripas y la cabeza eso que me atormenta.